La leyenda del Everfree 06

6 Fogata en la oscuridad


Los campistas se pusieron a trabajar de inmediato. Tanto Celestia como Luna mantenían  una estrecha vigilancia sobre la seguridad, asegurándose de que nadie usara mal cualquiera de las herramientas. Applejack y Rainbow habían quitado las tablas podridas y estaban martillando unas nuevas en los soportes.

Este era el tipo de proyecto que a Applejack le gustaba. Miró a Rainbow.

—Buen martillo —dijo—. ¿Dónde lo conseguiste?

—Duh —contestó Rainbow—, en la caja de herramientas.

Applejack sonrió y alzó su martillo con orgullo.

—Qué genial. ¡Yo hice el mío!

Rainbow la miró exasperada.

Fluttershy y Rarity pintaban  las cajitas que contendrían la comida de los peces y pájaros. Con un gesto feliz, Rarity puso una última gota de pintura en la de ellas.

—¡Voila! ¡Poisson! —dijo en francés, apuntando a los peces decorados que había diseñado. No era un  diseño de alta costura exactamente, pero aun así fue divertido.

Pinkie Pie supervisaba los equipos que llevaban los largos tablones a los muelles. Estaba saltando de arriba y abajo, dándoles ánimo.

—¡Vamos, podemos hacer esto!

Sunset jadeó, tratando de seguirle el paso.

—Me gustaría tener un poco de tu energía, Pinkie.

—¡Lo sé! —chilló Pinkie con deleite—. ¿No sería sorprendente? ¡Si pudiera tocarte y que estuvieras toda VAMOS, VAMOS, VAMOS igual que yoooooo! —trotó hacia adelante.

Sunset  se detuvo para recuperar el aliento.

—Retiro lo dicho. Una Pinkie Pie es más que suficiente.
Twilight estaba sentada en una mesa de picnic, armando una linterna mientras Timber le ofrecía sus consejos sobre cómo mantenerla encendida

—¿Hacer linternas de luces de jardín alimentadas por energía solar? Bastante astuto en eso, Timber —lo felicitó Twilight.

—¿Crees que eso es astuto? —dijo Timber, bromeando—. Deberías ver  mi arte de macarrones. Soy como el Picasso de los fideos.

Twilight se rio con deleite. Además de inteligente, Timber era muy gracioso.

—Oigan todos —anunció Celestia—. Han hecho un gran progreso, pero pronto oscurecerá. Podemos continuar con esto mañana  junto con las demás actividades del campamento.

Gloriosa se unió a ella.

—Todos vayan a limpiarse y nos reuniremos junto a la fogata a las ocho para compartir s´mores  e historias de miedo.

—¡S'mores! —exclamó Pinkie Pie. ¿Había algo mejor que el chocolate y los malvaviscos? Esto era lo que había estado esperando.

En el momento en que todo el mundo se había reunido alrededor de la fogata, las estrellas brillaban en el cielo. La luna se reflejaba en la superficie cristalina del lago y las llamas del fuego enviaban chispas sobre  la oscuridad.

Pinkie Pie tenía una pila de s’mores y tostaba otro malvavisco mientras escuchaba a Rarity terminando una historia de fantasmas. Sólo que la historia de Rarity no era muy aterradora.

—¡Y entonces ella bajó la mirada y se dio cuenta de que llevaba unos calcetines púrpuras con un vestido borgoña! —concluyó Rarity y miró de campista a campista expectante. ¿Por qué nadie gritaba? Era una historia horrible, al menos para ella.

—El púrpura y el borgoña son de la misma familia de colores —explicó.

Sin embargo, nadie dijo una palabra. Snips y Snails aplaudieron cortésmente, pero no tenían ni idea de lo que estaba hablando.

Applejack reprimió una risita.

—Esa fue una historia aterradora.

—Sí —se burló Rainbow—, estoy tan aterrada de que intente contarla de nuevo.

La vicedirectora Luna invitó a los demás campistas a contar historias, pero nadie intervino hasta que Timber habló.

—Tengo una —dijo—. Pero se los advierto, será mejor que vayan abrazando a un amigo desde ahora. Por lo aterradora que es.

Fluttershy tembló.

—Oh cielos. —Colocó a Spike en su regazo y lo abrazó con fuerza.

Timber se aclaró la garganta y esperó hasta que todos los ojos estuvieron puestos en él.

—Es hora —comenzó Timber, su voz era profunda y silenciosa—,  de contarles sobre la Leyenda de Everfree.

El fuego crepitó, un búho ululó y los campistas escucharon mientras escalofríos les atravesaban los brazos.