La leyenda del Everfree 01

1 Una pesadilla de medianoche


Twilight Sparkle daba vueltas en la cama, murmurando en su sueño.

—No, no puede ser. No es verdad.

El sol bañaba su habitación, pero ella estaba profundamente dormida. Estaba teniendo una pesadilla terrible y no podía despertar, ni escuchó a sus amigas afuera de su habitación.

—Twilight —susurró la voz suave de Fluttershy—. ¿Sigues dormida?

—¡Si lo está, eso no va a despertarla! —Rainbow Dash golpeó la puerta—. Twilight —llamó—. ¡El autobús al Campamento  Everfree sale en diez minutos!

Los ojos de color púrpura oscuro de Twilight se abrieron.

—Oh, no —resopló. Ni siquiera había comenzado a empacar. ¡Qué pesadilla! Saltó de la cama y abrió la puerta de su dormitorio. Todas sus amigas estaban allí, con sus maletas—. No puedo creer que me quedara dormida. —Spike, su perro mascota, bostezó.

Sunset estaba sacudiendo la cabeza con incredulidad.

—Yo tampoco. Eso no es propio de ti.

—¿No tienes una de esas superirritantes alarmas que hacen ehhh ehhh ehhh? —preguntó Pinkie Pie, mirando alrededor.

Twilight levantó su almohada y sofocada debajo  estaba su alarma,  haciendo un ruido irritante:  ehhh ehhh ehhh.

Sunset la apagó.

—Estará bien —le aseguró a su amiga—. Te ayudaremos a empacar.

Rarity estaba hurgando en el armario de Twilight. Tomó un precioso vestido  resplandeciente de una percha. Lo dobló cuidadosamente y lo guardó en la maleta.

Applejack no lo podía creer.

—Vamos a estar en medio el bosque. ¿Cuándo  va a necesitar eso?

Rarity sacudió su cabellera de pelo largo y oscuro.

—Incluso si fuéramos a la luna, insistiría en que empaque un vestido de noche. ¡Una nunca sabe, querida!

Cada una de las chicas se precipitó a ayudarla a empacar. Pinkie encontró un cupcake sin comer y lo guardó en un rincón de la maleta. Fluttershy se aseguró de meter unos cuantos de los animales de peluche favoritos de Twilight. Rainbow Dash tomó una foto firmada de sí misma jugando al fútbol y lo colocó en la parte superior de la pila creciente, Spike dejó caer uno de sus juguetes para masticar.

Applejack desvió la mirada. Escogió unos pantalones, camisas de manga larga, un traje de baño, y una linterna. Eso era lo que estaba en la lista oficial. Eso es lo que realmente necesitaban en el campamento.

Twilight se sintió abrumada. Todavía se sentía mareada y cansada. Había despertado de una pesadilla a otra.

—Déjenme cambiarme—les dijo a las demás, agarrando un cambio de ropa.

Alcanzó a ver su reflejo en el espejo de cuerpo entero que colgaba de la puerta del armario. Algo brillaba en sus ojos. Algo oscuro y frío. Algo aterrador. ¿Qué era?

Twilight se quedó mirando su reflejo. Sus ojos eran cada vez más oscuros. Su cabello violeta con rayas rosas crecía cada vez más salvaje. Era casi como si lo hubieran retocado con flamas. Estaba cambiando,  alas púrpura oscuro brotaron de su espalda. En el espejo, Twilight se había convertido en Midnight Sparkle.

Las chicas se apartaron de ella con miedo.

Este era el monstruo mágico en el que Twilight se había convertido al final de los Juegos de la Amistad. Había abierto un portal entre el mundo encantado de Equestria y la Secundaria Canterlot que casi los había destruido a ambos.

¿Cómo podía estar sucediendo esto?

—¡Sunset me ayudó a vencerte! —exclamó Twilight con desesperación.

Pero Midnight fue tomando el control. Señaló el espejo y este reveló el terrible momento en que Twilight se había convertido en la malvada Midnight Sparkle, elevándose por encima de sus compañeros de clase. Habían agujeros desgarrado en el cielo, grietas irregulares habían despedazado el jardín delantero de la Secundaria Canterlot. Sunset había aparecido y atacado a Midnight con su magia. Le había pedido que regresara, ella la había salvado de lo peor de sí misma.

El reflejo de Midnight en el espejo se rio.

—Tú y tus amigas jamás podrán vencerme realmente.  Midnight Sparkle es una parte de ti.
El espejo se quebró.

Midnight  se asomó por el espejo hacia una Twilight aterrorizada.

—Siempre estaré ahí —dijo entre dientes—. Esperando entre las sombras más oscuras de tu mente. ¡Volveré, Twilight!

Midnight agitó las manos y expulso magia desde el cuerno de unicornio en su cabeza. Golpeó el suelo de la habitación con un rayo y esta comenzó a disolverse. El portal fue reabierto. ¡La realidad estaba desapareciendo!

Las chicas gritaron.

Midnight había triunfado.

—¡Y esta vez no me detendré hasta tener toda la magia! —llegó a través del espejo y agarró la mano de Twilight. Comenzaron a fusionarse entre sí. Twilight también estaba desapareciendo.
¡Qué pesadilla!

—¡Twilight, Twilight! —ladró Spike.

—¡No! ¡Para! —gritó Twilight.

—¡Twilight, despierta! —aulló Spike.

—¡Para!

Twilight se despertó con un sobresalto. Todo el tiempo había estado durmiendo. No estaba en su habitación, ni llegó tarde al autobús del Campamento  Everfree. Ella ya estaba en el autobús,  y sus amigas la estaban mirando.

Pinkie Pie se rio.

—¡No podemos parar, tontita! Todavía no llegamos.
Twilight trató de recuperar el aliento. Estaba temblando. Qué terrible pesadilla. No era cierto, ¿no? Ella no se convertiría en Midnight de nuevo. Ella no lo haría, no podía. ¿Verdad?