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Description
El Imposible
Calle 67 x 50
En la primera década del siglo XIX, cuando el mariscal Benito Pérez Brito de los
Ríos y Fernández Valdelomar, ejercía la Capitanía General de Yucatán (1800-1810),
ordenó fuera demolido en este cruce el cerro de San Antón, considerado como un
santuario maya dedicado al culto de una deidad llamada H-Chan-Can o H-Chum-Can,
siendo este el último de los cinco vestigios mayas de la antigua T-Hó, según se cuenta fue
uno de los más altos que encontraron los conquistadores y sobre el cual se levantó una
capilla dedicada a San Antonio que dio nombre a este cerro (Cetina, 1984). Este
montículo impedía la comunicación vial, ya que ocupaba las manzanas comprendidas
entre la 65 y 67 en dirección norte-sur, de la 50 a la 46 en dirección este-oeste, así como
parte de las manzanas aledañas, ocupando un área total de 21,600 m2, que tenían entre 6
y 8 metros de altura.
Desde las épocas de Montejo se consideró una labor imposible la demolición de
dicho cerro, pero para ese entonces los medios mecánicos ya eran más eficientes y resultó
más práctico extraer el material del imponente cerro (Irigoyen, 1977), estos materiales
fueron más tarde utilizados para levantar la estación y los almacenes del ferrocarril
Mérida-Valladolid en 1880 cuyo concesionario fue Francisco de Paula Cantón Rosado.
Después que se concluyera la demolición se colocó en la fachada del predio número 531
una placa que dice según la ortografía de aquella época “CALLE DEL YMPOSIBLE Y
CEBENCIO” (Calle del imposible y se venció), en conmemoración a esa hazaña.
Acompaña a esta placa una figura que representa al ángel de la fama, con alas de águila, tocando la trompeta y con la palma del triunfo a la izquierda, a esta acompaña otra placa con la leyenda “FAMA QUOQUE NOMINIS EJUS CRESCEBAT QUOTIDIE, ET PER
CUNCTORUM ORA VOLIBATB ESTHER CAP.9 VERS.4” (Su fama iba por todas las
provincias, Esther 9:4), LAPIS DE PARIET CLAMABIT HABACUC C.2 V.11 (La
piedra desde la pared clamara, Habacuc 2:7), LAPIS ISTE ERIT VOBIS IN
TESTIMONIUM IOSUE C.24 V.17 (He aquí esta piedra os servirá de testimonio, Josué
24:27), y debajo hay otra placa con la leyenda “VERON PARAFRASTICA EN SMO
LAPIDARIO. PARA PERPETUA MEMORIA DE PEREZ VALDELOMAR QU LA
VIDA ES TRANCITORIA AUN LAS PIEDRAS HAN DE HABLAR DE SU NOMBRE
Y FAMA Y GLORIA” (Para la perpetua memoria de Pérez Valdelomar cuya vida es
transitoria aun las piedras han de hablar de su nombre, fama y gloria). El original de esta
placa se encuentra en el museo de la ciudad, y en esta esquina se encuentra una réplica de
la misma. Por este motivo se le comenzó a llamar a esta calle como la calle del Imposible,
en recuerdo a la demolición del último de los cinco cerros que encontraron los españoles
a su llegada a Itcanzihó.
Calle 67 x 50
En la primera década del siglo XIX, cuando el mariscal Benito Pérez Brito de los
Ríos y Fernández Valdelomar, ejercía la Capitanía General de Yucatán (1800-1810),
ordenó fuera demolido en este cruce el cerro de San Antón, considerado como un
santuario maya dedicado al culto de una deidad llamada H-Chan-Can o H-Chum-Can,
siendo este el último de los cinco vestigios mayas de la antigua T-Hó, según se cuenta fue
uno de los más altos que encontraron los conquistadores y sobre el cual se levantó una
capilla dedicada a San Antonio que dio nombre a este cerro (Cetina, 1984). Este
montículo impedía la comunicación vial, ya que ocupaba las manzanas comprendidas
entre la 65 y 67 en dirección norte-sur, de la 50 a la 46 en dirección este-oeste, así como
parte de las manzanas aledañas, ocupando un área total de 21,600 m2, que tenían entre 6
y 8 metros de altura.
Desde las épocas de Montejo se consideró una labor imposible la demolición de
dicho cerro, pero para ese entonces los medios mecánicos ya eran más eficientes y resultó
más práctico extraer el material del imponente cerro (Irigoyen, 1977), estos materiales
fueron más tarde utilizados para levantar la estación y los almacenes del ferrocarril
Mérida-Valladolid en 1880 cuyo concesionario fue Francisco de Paula Cantón Rosado.
Después que se concluyera la demolición se colocó en la fachada del predio número 531
una placa que dice según la ortografía de aquella época “CALLE DEL YMPOSIBLE Y
CEBENCIO” (Calle del imposible y se venció), en conmemoración a esa hazaña.
Acompaña a esta placa una figura que representa al ángel de la fama, con alas de águila, tocando la trompeta y con la palma del triunfo a la izquierda, a esta acompaña otra placa con la leyenda “FAMA QUOQUE NOMINIS EJUS CRESCEBAT QUOTIDIE, ET PER
CUNCTORUM ORA VOLIBATB ESTHER CAP.9 VERS.4” (Su fama iba por todas las
provincias, Esther 9:4), LAPIS DE PARIET CLAMABIT HABACUC C.2 V.11 (La
piedra desde la pared clamara, Habacuc 2:7), LAPIS ISTE ERIT VOBIS IN
TESTIMONIUM IOSUE C.24 V.17 (He aquí esta piedra os servirá de testimonio, Josué
24:27), y debajo hay otra placa con la leyenda “VERON PARAFRASTICA EN SMO
LAPIDARIO. PARA PERPETUA MEMORIA DE PEREZ VALDELOMAR QU LA
VIDA ES TRANCITORIA AUN LAS PIEDRAS HAN DE HABLAR DE SU NOMBRE
Y FAMA Y GLORIA” (Para la perpetua memoria de Pérez Valdelomar cuya vida es
transitoria aun las piedras han de hablar de su nombre, fama y gloria). El original de esta
placa se encuentra en el museo de la ciudad, y en esta esquina se encuentra una réplica de
la misma. Por este motivo se le comenzó a llamar a esta calle como la calle del Imposible,
en recuerdo a la demolición del último de los cinco cerros que encontraron los españoles
a su llegada a Itcanzihó.
Image size
2800x3776px 8.22 MB
Make
Canon
Model
Canon EOS 60D
Shutter Speed
1/250 second
Aperture
F/16.0
Focal Length
36 mm
ISO Speed
400
Date Taken
Nov 5, 2020, 12:08:01 PM
Sensor Size
12mm
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