LittleMirelle <span class="user-symbol regular" data-quicktip-text="" data-show-tooltip="" data-gruser-type="regular">

I lay another night awake, thinking, feeling.
Wondering about what we could have been and never will be.
I lay awake after sleeping all day long. Sunlight hurts. I can only think at night.
I lock myself away in this artificial life I borrow form shadows.
And jet I say I am fine.
I can’t sleep, all I do is eat. No idea seems to make sense anymore.
Everything is unsent texts and phantom phone calls.
Even I lurch in shadows now. Shadows as dark as the pieces of my heart that are left.
I am the best at being used and calling it love. For ego, for loneliness, to prove something.
I am a punching bag for myself and others. I live for the nostalgia of things that haven’t and will never happen.
Create characters on the base of people you tell yourself love you.
Because he always loved something more then he loved you. Because you always loved him more than you loved yourself.
So, you despair and self-destruct, so you day dream at night wanting to drift off to sleep and dream of a yo

lay awake

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I wish I knew then what I know now. The pain would have been replaced with loneliness and I would still have that part of me I gave to you.
You promised you would never hurt me. I guess I should have known that was the first lie of many, for it is impossible to keep.
I spent every day of a year thinking about having you between my arms again, resting on that small place in your chest you named after me and where I believed I fit so well.
I would dream about us, simply walking down known streets, driving to the beach under the moon were we once kissed.
You said you could wait for me...
Our first kiss tasted of salt, it must have been a warning of the tears to come.
And I hate those tears, tied to your name, and I hate that I can’t forgive you. And I hate that after all I don’t know you, and I hate that you never took the time to know me.
So, at the end it’s MY fault. And at the end YOUR heart is broken.
Let me be the villain, this character is always easier.
So, I will

When time comes

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Teresa 4-2

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O watch the date being written on the top of a page and I think about time, and years, and seconds and minutes, and nothing makes sense.
I think of hours becoming minutes and minutes ticking like seconds but not quite and not fast but not slow, never enough time. And like a white rabbit I chase after my clock and all I can do is drag you behind me tired and gasping for breath.
But time is relative like our perception of it, and in the clarity of your eyes upon me and the brush of your skin no moment is infinite and even though we have no end I can’t seem to find enough time.
Days pass us by in waking moments and yet I dream of you, beside you, because of you.
And yet we don’t have enough time, not 12 hours, not 7 days, our bodies and hands always seem to seek for more, never satisfied.
And another full moon will pass, and I will be waiting, for time to once more stop, upon you.

Time

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Teresa 4

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Mordiendome Las Unas.

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Y todo sigue fluyendo: el agua recolectada en el pequeño canal temporal afuera de mi ventana, la brisa en las copas de los árboles, meciendo a las aves, que mañaneras se duermen temprano, el ir y venir de la gente al terminar el día.
Y nada se detiene, ni el cortejo amargo y distante de las estrellas, que fallecidas, nos mandan un último suspiro, ni las estaciones que, confundidas por arboles perenes, se tropiezan unas con otras sin saber cuándo es quien ni donde es alguien.
Y yo aquí sigo pensándote, entre palabras a medio escribir, temprano en la mañana; durante el café, queriendo tomar tu mano; después de la ducha, cuando mi cabello, ahora más corto, más simple, rosa mi nuca fría y me estremezco.
Y los días se alargan, y el tiempo estira, y continuo inmóvil. Por ahora me conformo en pensarte y fluir como el agua, como la briza, como el tiempo.

Por ahora

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Alas de libertad para un pecho apresado, en dudas e incertidumbre, en miedo y dolor.
Alas libres y hermosas, como un colibrí, como un halcón.
En esta noche traza mis surcos, recórreme con dedos seguros, tiernos, ansiosos de verme en vuelo.
Mírame volar, no lejos, no huyendo. Una perspectiva aérea, amplia visión.
Me poso en tu cuerpo como un depredador, asechando, cazándote a oscuras, a tiendas.
Alas de libertad en mi encierro, en mi locura ficticia dictaminada por otros, entre sueños alucinógenos causados por farmacéuticos con malas intenciones.
Alas pequeñas, fuertes, que soporten la tempestad. Alas de alivio en una noche sin luna ni amanecer.

Mis Alas

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La Realidad De Mis Expectativas

Quería regalarte todas mis ideas y pensamientos, pero note que pensábamos igual.
Quería recostarme contigo de noche y rogarte para ver mis películas favoritas, pero conocías todas las historias.
Me estire para tomar tu mano de sorpresa, pero me esperabas con dedos extendidos y palmas suaves.
Soñaba con pasar las tardes contigo y desvelarnos hasta la madrugada, conversando entre besos y mirándote de reojo, como cada fin de semana parecemos hacerlo.

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Santa Teresa III

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Santa Teresa II

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Cepillo su cabello castaño tras su oreja de cartílagos curvos y delgados, sus orejas pequeñas herencia de familia.
Sonrió tímida y tontamente, la sonrisa de los que se ríen de nervios más que de felicidad y una vez que empiezan son tan tontos que ni siquiera pueden distinguirlos, y aun que no sepan porque ríen, no se detienen y la gente los confunde con optimistas risueños.
Sus manos dobladas en su regazo deshacían los tablones que religiosamente se empeñaba en planchar cada domingo por la mañana antes de comenzar la misa de las 8am.
Miraba con ojos hambrientos la estatua de traje negro que con fervor asistía al sacerdote, cada domingo lo observaba casi sin parpadear, esculcándolo de pies a cabeza con la mirada. No sabía cuántas constelaciones había trazado en las ligeras pecas que se despabilaban flojas y en tamaños desiguales por sus mejillas. Se imagina

Santa Teresa

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Esta noche dormiré con los parpados pesados y el corazón ligero. Imaginándome en otra parte, caminando sobre un camino pavimentado de palabras de ortografía dudosa y autocorrecciones inteligentes.
Me abriré paso, sabiéndome entre muros espesos y pesadas trancas de bronce.
La bóveda celeste que veo con los ojos cerrados brilla con las luces de la aurora, y aun que he perdido las calzas de Hermes, puedo casi tocar las estrellas.
He perdido la capacidad de soñar.
La realidad en mi imaginación pierde nitidez, y me encuentro hablando con elefantes rosas, mientras sueño despierta con clases de francés.
Pierdo la razón.
Me uno con los gruesos edredones y en el calor del submundo siento los pies fríos.
Como la fiebre en verano, una brisa suave entra por la ventana abierta de par en par. Abro los ojos.
No quiero moverme. Peso una tonelada, no sé si sigo soñando.
De día lleno hojas per

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Camino cabizbaja escuchando el silencio de sus paso inaudibles en el concreto, la oscuridad había alcanzado su pique y solo podía distinguirse el brillo de sus verdes ojos atrapando sutilmente la luz escurridiza de los coches prematuros que deambulan las calles antes de que comience el nuevo día.
Suspiro pasando por encima de una ruidosa envoltura que alteros sus instintos y molesto sus oídos. Tenía frio, el rocío de la mañana hacia cosquillas en su sentido del tacto y le robaba calor, su oscura piel brillante y suave, un sueño a los sentido.
Miro el final del callejón, entre sombras, el gris amargo de la alta y resquebrajadiza barda tomaba forma.
Alta, muy alta, casi amenazante en su intrepabilidad, su forma perpetua y observante, juzgando las estaciones, sonriéndole a la luna, bañándose en las lluvias que mayo había entregado en abundancia en la estación pasadiza.
Cerro los ojo un instan

Adopcion

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Había una vez un isla muy muy por encima el mar, en esta isla suspendida en la nubes vivía una feliz utopía de nómadas errantes. Se hacían llamar los hijos del viento y sus caballos lunares arrastraban por los cielos en calma hoy en ----de las tormentas, pues sabía que si eran alcanzadas por un rayo seria el inicio del fin; o eso decían las profecías.
En este reino el monarca era un hombre sabio y apacible que tenía 4 hijas; una era fría y tempestuosa como los vientos del norte su nombre era Priesta; la mayor.
La segunda Silux era fresca y ligera como los vientos del sur siempre bailando con gracia y armonía.
La tercera era cálida y risueña como los vientos del este, Ertis era el alma de las fiestas.
La menor Olsta era la tímida y sutil como los vientos impredecibles del oeste que podían acrecentar y desaparecer en un mismo suspiro.
En un d&

Isla En El Cielo

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El tomo asiento a su lado. El pupitre que desde hace tanto estaba vacío a esa hora en particular del día. En su opinión siempre había estado vacía. La habitación siempre había estado vacía. La escuela siempre había estado vacía.
Hasta ahora.
Lo miro de reojo, midiendo la distancia entre sus manos con la regla de su mente, inventando nuevas unidades de medida que hacían imposible que alguna vez ella pudiera alcanzarle.
El la miraba de reojo, en silencio como una estatua vibrante que de vez en vez tenía que reacomodar su posición por la inconformidad del equilibrio del cuerpo humano.
Sus ojos color ocre se veían brillantes y vivaces en la luz de la ventana. Su cabello corto y desarreglado se veía excepcionalmente oscuro, pensaba que en cualquier momento las estrellas empezarían a salir.
Su piel bronceada por el sol, hablaba a gritos sobre sus días jugando Bei

Juegos De Pelota 1

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