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Sonic x tercera temporada-remake 9

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Eze667's avatar
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Capitulo 9

“Aquí tienes hija.” Dijo Vanilla dándole un sándwich a su hija.

“Gracias mama.” La pequeña partió el sándwich a la mitad y le dio un pedazo a Cheesse.

“Oye Cosmo, prueba este jugo que preparé.” Amy le ofreció un poco a la chica planta.

“Si, gracias.” Dijo aceptándolo. Su voz sonaba un poco baja pero no tímida. Tails, que estaba junto a ella, sonrió.

Todos juntos habían planeado un picnic para ese día. Una pausa de buscar las esmeraldas caos pero claro que Sonic no se presentó, probablemente estaba corriendo en ese momento. Y Knuckles nunca estaba interesado en sus juntas.

En realidad el picnic lo habían organizado en parte para hacer sentir mejor a Cosmo después de lo que había sucedido y al parecer funcionó. Ya no tenían de que preocuparse, después de todo las heridas sanan.

“Oye Amy.” Cream llamó a su amiga sujetando una pelota.

“Lánzala.” Ella exclamó. Cream le arrojó la pelota y Amy la devolvió con un golpe a lo que ella respondió.

“Oigan espérenme.” Cosmo se les unió.

Las tres jugaban con la pelota lanzándosela a la otra. Amy le dio un golpe suave para dársela a Cream, ella la golpeó fuerte para dársela a Cosmo y ella la golpeó con las manos de tal forma que la arrojó sobre un árbol y quedó sobre unas ramas.

“Lo siento yo iré.” Se acercó al árbol y trató de encontrar la forma de escalarlo. Se sujetó e intentó subir pero al poco tiempo cayó.

“Déjame darte una mano.” Tails se colocó detrás de ella y la tomó de su cintura. Comenzó a mover sus colas y se elevó. Una vez en  el aire Cosmo fue capaz de alcanzar la pelota.

“Gracias Tails.” Le dijo al bajar.

“De nada. Aunque debí habértelo preguntado primero.”

“Oh no importa, no me molestó. Sentí como si fuera yo la que volará.”

“¿Te gusta volar?” preguntó el zorro con interés.

“Claro, me encanta. Tengo un poco de envidia porque algunos de ustedes si pueden volar.”

“Oye, tal vez uno de estos días podamos volar juntos en Tornado-X.”

“Me encantaría pero no quiero causarte molestias.”

“No digas eso, tu nunca me causas molestias. De hecho…”

“Cosmo.” Amy interrumpió. “¿Traerás la pelota?”

“Oh lo siento.” Volvió con ellas y continuaron jugando.

Tails solo permaneció sentado, distraído de todo a su alrededor mientras las observaba jugando. No, solo la veía a ella. A Cosmo. Se encontraba tan sonriente y feliz, libre de cualquier preocupación. No sabía porque pero verla así lo hacía sentirse muy feliz muy dentro de sí mismo.

“¿Qué pasa Tails?” preguntó Vanilla. “Se te ve muy feliz.”

“Ah… No es nada… je je je.” Contestó algo sonrojado.

El día aún era largo pero ya era hora de volver a casa. Cada uno tomó su camino y se retiró.

En el momento en el que Tails llegó a su taller le llegó la idea de ponerse a trabajar en el Tornado-X. Comenzó lavándolo. Lo enjuagó entero y luego lo seco con trapo. Sacaba con cuidado cada extremo del avión muy lentamente, tenía una sonrisa grabada en su cara. Su mente tenía muchas cosas que le rondaban pero sobre todo el picnic. Era lo único en lo que pensaba.

Sentado junto a Cosmo mientras le ofrecía comida y la chica de a poco comenzó alegrarse. Luego cuando jugaba con las demás y luego él la ayudo a subir a un árbol.

“Es un gran día.” Dijo perdido en las nubes.

Cuando quiso ver la hora se dio cuenta de que había pasado una hora. “Vaya. El tiempo vuela cuando uno piensa en…” y ahí se dio cuenta. Desde el inicio del picnic lo único en lo que había pensado era en ella, en Cosmo. Ella era una gran chica, eso no lo podía negar pero no podía sacarla de su mente aunque dejara de pensar en el día de hoy. Los árboles le recordaban su habilidad de comunicarse con la naturaleza, algo muy peculiar. Al tomar la manguera, el goteo del agua le recordó aquel día en el que permaneció en su casa y se quedó a dormir. Cosmo se mostró muy dulce en aquel momento. Él también estaba mostrando un lado suyo que no conocía. Su lado tierno.

Cuando observó al Tornado-X limpio y brillante imaginó lo bien que se vería surcando los cielos. Allí fue cuando su mente volvió con lo mismo. Cosmo también estaba interesada en volar. Compartían algunos gustos por lo que parecía. Quizás debería invitarla a volar en el Tornado algún día aunque ya habían hablado sobre eso.

“Ya basta.” se dijo así mismo. “Debo continuar con esto.”

A pesar de lo que dijo ese día no estaba muy concentrado en su trabajo. No lo estuvo desde que empezó. Siempre hacía lo mismo y ese era su problema. Tal vez era tiempo de cambiar de pasatiempo. Le gustaba mucho la tecnología pero también sería bueno alejarse de ella de vez en cuando.

Aunque viera las cosas de esa forma tampoco encontraba mucho que hacer. Quizás si caminaba un poco. Después de todo, tenía mucho tiempo para continuar su trabajo. Necesitaba más aire fresco.

El día seguía siendo hermoso. Estaba menos caluroso que antes pero la vida se sentía en el aire. Sonic debía estar haraganeando después de correr en ese momento. El zorro nunca fue un gran corredor pero disfrutaba de la naturaleza. Siempre estaba con Sonic y los demás pero debía alejarse un poco de todo eso.

Justo cuando menos lo esperaba algo cayó de un árbol junto a él. Era solo una manzana, solo una simple manzana. “Creo que llegó justo a tiempo.” Dijo el zorro limpiando la fruta en su pecho. Antes de que pudiera darle una mordida volvió a caer algo más grande y desgraciadamente sobre él.

“¡Oh, discúlpame! En verdad lo siento.”

Se disculpaba quién había caído sobre él. Tails se puso de pie y se frotó la cabeza con la mano mientras seguía escuchando disculpas.

“Lo lamento. Yo solo estaba…eh… ¿Tails?”

Al oír su nombre volteó e inmediatamente la reconoció. “¿Cosmo?”

“¡Tails! ¡Qué coincidencia encontrarte aquí!” dijo muy alegre.

“De verdad” dijo el zorro con una mano en la espalda.

“Lo lamento.” Dijo recogiendo la manzana.

“No te preocupes estoy bien.” Contestó con una sonrisa tonta.

“¿Y qué te trae por aquí?” preguntó Cosmo.

“Nada en particular. Solo trató de salir de casa y tomar algo de aire fresco.”

“Oye quizás puedas ayudarme.” Dijo Cosmo emocionada.

“¿Uh?”

“Estaba buscando a Cream. Después de que volvimos a casa ella salió y no ha vuelto. Su madre me pidió que la busque. ¿Quieres venir?”

“Claro. ¿Por qué no?”

“¿Quieres un poco?” preguntó Cosmo ofreciéndole la manzana. “¿Podemos compartirla?”

“Me encantaría. Déjame partirla.”

Con tan solo tocar la fruta bastó para que sus dedos rozaran los de ella. Ese mero contacto paralizó al zorro. Simplemente sintió como una corriente eléctrica recorrió su cuerpo, desde la punta de sus dedos hasta su pecho. Aún algo inmovilizado, el niño zorro levantó la vista solo para ser recibido por la dulce sonrisa de esa chica que le provocó un fuerte rubor en el rostro. Esa cadena de emociones descontroladas lo llevó a una solo reacción lógica: quitar la mano y dar un paso atrás.

“¿Qué te sucede?” preguntó al ver esa reacción tan inesperada.

“Uh…no, no es nada. S-Solo busquemos a Cream.” Se limitó a contestar Tails y comenzó a caminar.

¿Qué fue eso? Se preguntó Tails. Nunca había actuado así antes. Nunca se había sentido tan…avergonzado de estar delante de alguien. Debían ser solo nervios. Pero, ¿por qué?

“¿Dónde crees que pudo haber ido Cream?” preguntó Tails para romper el silencio.

“No lo sé. Solo se marchó. ¿Qué es lo que tú crees?”

“No creo que sea difícil deducirlo. Cream muchas veces suele buscar cosas para su mamá. ¡Eso es! ¡Fue a buscarle flores!”

Para ser preciso Cream no era un misterio. Era una de esas niñas junto a las que uno pasa tanto tiempo que puede casi leer su mente. Ese tipo de chica era ella. Si se trataba de buscar flores, Cream estaría en un lugar en el que se encontraban flores de todo tipo de colores. La cuestión ahora era en donde encontrar flores. Antes de empezar a deducir e investigar lo mejor era empezar en donde la habían visto por última vez.

“Si mal no recuerdo ella estaba por aquí. Debió haber seguido este camino.” Dijo Cosmo mientras buscaba el rastro de Cream.

“Ya la encontraremos,“ dijo Tails. “se ve que te preocupas mucho por ella.”

“Claro que sí. Cream y su mamá fueron muy amables al permitirme hospedarme en su casa.”

“Ellas suelen ser muy gentiles.” Continuó mientras caminaban.

“No creo que haya sido gentileza. Creo que más bien se trata de alguien con un gran corazón.”

“¿A qué te refieres?” preguntó el zorro.

“No siempre encuentras a alguien así. Todos pueden ser gentiles pero solo aquellos que tienen un gran corazón son capaces de un acto como ese.” Explicó la chica planta.

“Cosmo, no digas eso. Todos pueden ser capaces de algo así. No hay que ser alguien especial.”

“No lo sé, Tails. No todos son iguales pero tampoco son diferentes.”

“Cosmo, solo porque Cream y su madre hayan querido que vivieras con ellas no significa que alguien mas no te hubiera dado un hogar.”

“¿Eso crees?” preguntó Cosmo.

“Claro. A mí me encantaría que vivieras conmigo.” En el momento en el que Cosmo abrió los ojos se dio cuenta de los que había dicho. “..eehhh.. lo que quise decir es queeeee…veras…” enredado en su palabras el zorro tropezó.

“¿Te encuentras bien, Tails?” dijo Cosmo tratando de ayudarlo a ponerse de pie.

“S-Si. Solo...eh... ¡mira!” Tails señaló hacia adelante donde vieron unas hermosas flores.

“¡Es aquí!” gritó Cosmo emocionada y dejando caer al zorro al suelo. Cosmo simplemente caminó hasta ellas y luego se detuvo.

“¿Qué ocurre?” dijo Tails al ver la cara que ella ponía. “¿Cosmo? ¿Qué es lo que..?” el chico quedo con la misma cara perdida de ella. Delante de los dos se encontraba el más grande jardín de flores.

“Vaya. Este sí que sería un paraíso para Cream.” Dijo Cosmo emocionada y saltó sobre las flores.

“Bueno supongo que Cream no debe estar lejos.” Dijo Tails rascándose la cabeza.

Ambos se separaron buscando a su amiga en diferentes direcciones. No parecía que estuviera lejos pero el lugar era inmenso. Comenzaron a llamarla por su nombre y no consiguieron respuesta.

“¡Cream!” gritó Cosmo pero no consiguió ninguna respuesta. Cargó todo el aire que pudo en sus pulmones y con ambas manos a los dos lados de su boca hizo un intento más. “¡Creeeeeeeam! ¡Soy yo, Cosmo! ¡Te estoy buscando desde hace tiempo, vuelve por favor!”

El llamado por su amiga hizo eco entre los árboles y estremeció un poco a los pájaros pero aún así no recibió ninguna respuesta. Espero un poco allí parada mirando hacía todos lados pero seguía sin ningún rastro de su amiga.

Tails comenzó a volar por los alrededores. La altura le proporcionaba una mejor vista pero aún así no consiguió nada. “¿Dónde pudo haberse metido?” se dijo a sí mismo. Luego escuchó a Cosmo quejarse.

Cosmo se quedó allí parada con la mirada en el suelo. “Ella debe ser la más afectada por esto.” Pensó Tails mientras descendía. Era necesario encontrar a Cream pero también debía mantener a su amiga en ánimo. “Cosmo…” Tails colocó su mano en su hombro.

Ella volteó para encontrarlo con sus azules. “Uuuuuh...” Tails se quedó callado ante su mirada, ante sus brillantes ojos azules. “¿Si, Tails?” preguntó ella dando un paso adelante.

El pequeño zorro quería hablar con ella pero simplemente no podía. Sus labios temblaban. Quizás no debía decirle nada después de todo pero de verdad quería hablar con ella. Abrió su boca lentamente e intentó balbucear algo. Ella se lo quedó mirando raro. Tails empezaba a sudar. Simplemente era demasiada presión para él. “……….anoche comí tanto que tuve que levantarme para ir al baño 3 veces…”

Si había un momento para sentirse estúpido ese era el más indicado. Cosmo levantó una ceja ante ese comentario denotando su estupidez  “…uh... ok…” Luego se volteó y se fue caminando.

“¿Qué demonios fue eso?” se criticó a sí mismo en voz baja el pequeño zorro. Esa la oportunidad perfecta para poder hablar con ella. Simplemente no pudo explicase que estaba pasando. Desde hace tiempo que se sentía nervioso. Eso no tenía sentido. ¿Por qué debería sentirse nervioso al hablar con una chica? Bueno esta no era cualquier chica. Era Cosmo. La idea de estar solo con ella era demasiado para él.

“Eh, ¿Cosmo?” dijo acercándose a ella.

“Tails, no estoy de humor para bromas.” Dijo sobre su hombro mientras caminaba.

Ese comentario fue demasiado duro para él. Solo quería acercarse a ella para poder hablar pero las cosas no hacían más que empeorar.

“Mira, Tails.” Dijo Cosmo algo emocionada. “Mira lo que encontré.” Le mostró un collar hecho de flores. Un collar que no estaba terminado y que llevaba flores de muchos colores.

“¡Ella estuvo aquí!” exclamó Tails.

Junto al collar había pisadas de ella. Unas pisadas que se alejaban del lugar. Rápidamente ambos las siguieron pensando que quizás algo pudo haberle pasado a su amiga. Todo resultó ser una falsa ilusión. El rastro los llevó a una costa. No había señal de ella.

“¿Dónde está?” susurro Cosmo débilmente. Ahora las cosas estaban serias, era muy probable que le hubiera pasado algo. Pudo haber sido arrastrada por la corriente del mar o algo así.

Tails se detuvo un momento. Sabía que debía calmarse para poder pensar con claridad. Cream era una niña pequeña pero no entraría al agua descuidadamente. Las pisadas terminaban junto al agua pero eso no quería decir que ella se había sumergido a no ser que haya sido alcanzada por una ola. ¡NO! Debía pensar detenidamente.

Las huellas daban hasta la orilla pero no se adentraban al agua. No debió haber nadado. Miró hacia el océano hasta que su vista se detuvo en un punto no tan lejos de donde estaban. Era una isla. Esa era la respuesta, Cream tenía la habilidad de volar y lo más probable era que había usado sus orejas para llegar hasta allá.

“Co…” Tails trató de hablarle a Cosmo pero ella seguía arrodillada. Quizás las buenas noticias la animarían. Aún así había un problema, no podía hablar con ella. Cuando intentó dar un paso su otra pierna no le permitió seguir y sus manos empezaron a sudar.

¿Qué le estaba pasando? Él no solía comportarse así y mucho menos con ella. Es más, durante la tarde ellos fueron muy comunicativos. La única diferencia es que ahora estaban…solos. ¿Eso era lo que lo ponía nervioso? ¿Estar a solas con ella? La verdad que eso podía tener algo de sentido pero todo ese nerviosismo solo la estaba apartando de ella.

Cosmo se puso de pie y volteó. “¿Ahora qué, Tails?”

El pequeño zorro empezó a sentir como se le enredaba la lengua pero no era momento para estar nervioso. No, no lo era y no permitiría que ella se sintiera mal por eso. Tomo un gran respiro y se decidió a dirigirle la palabra firmemente. Sí, eso haría. “Escucha. Cosmo…”

“¡Mira Tails!” saltó emocionada y pasó junto a él. “Allá hay una isla. Cream puede volar. ¡Debe estar allí!”

“………………………….”

“¿Tails?”

“…….eh…..si….allí debe estar.”

Cosmo se secó las lágrimas. Solo era cuestión de llegar hasta allá y encontrar a su pequeña amiga. Tails por otro lado había vuelto a perder su oportunidad de comunicarse con ella. Incluso tenía un discurso preparado.

“Tails, quizás podamos construir un bote para llegar hasta allá. ¿Qué dices?”

“Bueno…” Tails intentó pensar mientras se rascaba la cabeza. Con tan solo tardar un poco en contestar bastó para que Cosmo frunciera en ceño.

“¿Qué es lo que te ocurre? ¿Por qué dudas en hablar conmigo?” preguntó con un tono molesto.

“No me pasa nada. No lo tomes así.” Trató de calmarla.

“Escucha,” dijo cambiando de expresión, “debemos pensar en una forma de llegar a esa isla.”

Tails esperaba el momento para poder decir lo indicado cuando recayó en un pequeño detalle. Se la pasaba pensando muchas cosas pero no hacía nada, era por eso que se encontraba en esa situación. ¿Qué no había aprendido nada de Sonic? Si ponía a Sonic en su situación él actuaría sin pensarlo. Este era el momento indicado, seguía sintiéndose algo nervioso pero no debía permitirse que eso le hiciera perder más tiempo.

“Estaba pensando,” dijo Cosmo, “quizás podríamos construir una pequeña...eh…” Repentinamente sintió que sus pies se despegaron de la tierra y empezó a flotar lentamente.

“No te asustes.” Dijo Tails.

“¿Qué es lo que haces?” preguntó una sorprendida Cosmo.

“Iremos a la isla, claro. Y te prometí que uno de estos días volaríamos juntos, ¿recuerdas?”

“Sí, ¿pero no dijimos que sería en el Tornado-X?”

“Cálmate. Esto es más divertido.” Dijo elevándose.

Cosmo se asustó un poco mientras subían alto al cielo. Luego Tails empezó a descender un poco mientras rodeaba el lugar. Cuando empezó acelerar hacia abajo fue cuando se asustó. ¡¿Tails?!” Allí él comenzó a volar hacia adelante.

“Todo está bien. Puedes abrir los ojos.”

Cosmo retiró sus manos de su rostro y no pudo creer lo que vio. Desde la altura podía ver claramente todo el paisaje. Los árboles del bosque en el que se encontraban unos minutos atrás. Las montañas lejanas se veían un poco más cerca desde esa altura. Todo era muy hermoso. Cosmo se dejó llevar por el momento y extendió sus brazos como si estuviera volando ella misma.

Tails se dio cuenta de lo mucho que ella se divertía. Quizás debería improvisar así más seguido y de hecho podía. Comenzó a descender más hacia el mar. Cosmo veía como el mar brillaba con la luz del sol y espero bajar más para meter las manos en el agua. Luego tomó un poco con sus palmas y la tiró sobre ella y salpicando a Tails. El zorro la regaño riéndose.

Mientras compartían la risa Cosmo no pudo evitar ver como resaltaba Tails con el sol en su rostro y esa gran sonrisa marcada en sus labios. Para ella pasó de ser un simple chico tímido a un gran amigo y colega. Sí, él era definitivamente un chico simpático y por así decirlo….apuesto ante sus ojos.

“¿Qué es lo que pasa?” preguntó el zorro notando como lo veía.

“Nada. Me gusta mucho volar contigo, Tails.” Dijo dándose la vuelta para que no notara el rubor en su rostro y sin percatarse de que él también se había ruborizado.

Después de haberse divertido un poco Tails llevó a Cosmo a esa pequeña isla donde Cream podría estar esperándolos.

“Si Cream se encuentra por aquí no creo que se haya adentrado en lo profundo.” Dijo Tails mientras caminaba.

“¿Y si no la encontramos aquí?” se preocupó Cosmo. “¿Qué tal si voló en otra dirección?”

“No pienses de esa forma. Además este lugar no parece tan grande y podremos encontrar algún indicio de ella en un…”

CHAO CHAO

“… ¿santiamén?”

CHAO CHAO

“¡Cheese!” Cosmo corrió emocionada pero no fue lo que esperaba. Era un simple chao. Cosmo suspiró decepcionada al momento en el que Tails la alcanzó y notó lo mismo.

CHAO CHAO

Se volvió a escuchar lo mismo pero esta vez había dos chaos. Un tercero llegó volando se puso a jugar con ellos. Los tres volaban, corrían y daban vueltas en el suelo. Como si no pudiera ser mucho un cuarto chao se presentó y voló hacia ellos muy feliz. Pero este chao tenía un moño rojo. ¡Era él! ¡Era Cheese!

“¡Es Cheese!” dijo Cosmo.

“¡Eso significa que teníamos razón!” grito Tails abrazándola.

“Uh... ¿Tails?”

“Ups” rápidamente la soltó. “Lo siento, lo siento.” Se disculpaba mientras ella solo sonreía.

Cheese se alejaba de ellos mientras hacía movimientos para incitarlos a que lo siguieran y eso fue precisamente lo que ellos hicieron.

El chao estaba muy contento, tanto que parecía que solo quería jugar. Se la pasaba volando sin rumbo y adentrándolos más profundo en la isla. En un momento se mescló con los otros tres chaos para que no pudieran reconocerlo. Incluso se escabulló entre las piernas de Tails. Cuando ya no pudieron seguirlo se perdió de vista.

“¿Cómo podríamos hacer que Cheese nos tome enserio?”

“Bueno…..” una vez más Tails volvió a perderse en sus pensamientos.

“¿Acaso no piensas contestarme?” Cosmo comenzó a enfadarse.

“…eh….no…..quiero decir….” La actitud de Cosmo hizo que el zorro volviera a su silencio y tartamudeo.

“Tails, hay algo que he querido preguntarte.” Cosmo cambió su tono a uno más serio. “¿Por qué te has estado comportando tan raro conmigo todo el día?”

“¿Qué?” nuevamente se le enredó la lengua.

“Tails, durante todo el día te has estado comportando extraño. ¿No querías hablar conmigo?”

“……..eh….bueno yo no diría que no quería hablar contigo,” Comenzó mientras miraba en todas direcciones. “veras…” simplemente no podía ser tan sincero con ella. ¿Cómo podía decirle que la razón por la que estuvo tan callado era porque estar a solas con ella lo ponía nervioso?

“No digas más. Ya lo entiendo todo.” Dijo Cosmo muy enfadada.

“¿Qué ocurre contigo?”

“Sabes bien de lo que hablo.” Ella no volteó pero por su voz se dio cuenta de que estaba llorando. “Tú no quieres hablarme por lo que pasó. Sob sob. Por la esmeralda. Sniff. Creí que éramos amigos.”

“¡No!” se acercó y colocó su mano en su hombro. “¡Cosmo yo…!”

“¡No me toques!” le gritó volteando por un breve momento con lágrimas cayendo por su cara y se marchó corriendo. Y así el hermoso momento que habían vivido se arruinó simplemente por los nervios de un chico.

Esta vez Tails no sabía qué hacer, ni siquiera pudo evitar que Cosmo se fuera.

“Bien hecho genio.” Se dijo así mismo mientras caminaba. Ahora había perdido otra amiga. Si tan solo no hubiera dejado que sus nervios lo dominaran y si tan solo hubiera sido más honesto desde el principio. ¿Pero como podría decirle que no podía hablarle porque la idea de estar solo con ella lo ponía nervioso? Ahora ella creía que él se mantenía distanciado de ella por lo que había pasado el otro día.

Primero lo primero. Debía encontrarla y disculparse con ella.

Debía caminar porque si corría ella lo escucharía e iría más rápido. Empezó a escuchar sollozos. Ella estaba llorando. Eso solo complicaba las cosas más de lo que ya estaban. Guiándose por los llantos pudo verla sentada junto a un árbol. No sabía cómo empezar pero de una forma u otra debía hacerlo.

“…Cosmo.” Fue lo único que pudo decir antes de que ella se levantara y empezara a caminar lejos de él. “¡Espera, no te vayas!”

“Encontremos a Cream y vayámonos de aquí.” Contestó sin voltear.

“Cosmo” Tails la tomó de los hombros para verla directamente a la cara. Ella levantó la vista para verlo con ojos sollozos. “Escúchame. Yo no tengo nada contra ti.”

A ella le tomó poco tiempo para darse cuenta de que ese chico que tenía en frente era sincero. Él no tenía intenciones de herirla, nunca las tuvo. Si ella sentía que su corazón estaba roto era porque ella misma se estaba lastimando.

Cosmo dio unos pasos hacia una laguna que se encontraba cerca y se arrodilló. Tomó algo de agua con sus manos y procedió a lavar su rostro.

“Cosmo,” ella retiró sus manos de su cara y encontró a Tails reflejado en el agua. “escucha. Eres una gran amiga y yo….”

“No te preocupes.” Le dijo con una sonrisa. “Sé bien que nunca intentarías herirme. Yo fui tonta.”

Los chaos que habían encontrado anteriormente volvieron volando alrededor de Cosmo. Muy pronto la laguna fue rodeada por más chaos. Esas pequeñas criaturas jugando y nadando juntas era un espectáculo que no se veía todos los días.

“¡Esto es un Chao Garden!” dijo Tails emocionado mientras un chao cantaba alegremente delante de él.

Cosmo lo tomó con sus manos por un instante para poder ver de cerca a esa criatura. Aún viviendo con Cream nunca tuvo la oportunidad de ver a un chao tan de cerca. De verdad que podían ser buenos amigos. Lo soltó para permitir que volara y al irse se encontró con el rostro feliz de Tails mirándola fijamente.

Tails. Su amigo, ese dulce chico que desde el principio había sido tan gentil con ella. El día de hoy había tenido un gran momento gracias a él y a pesar de que se había comportado muy raro le había mostrado que tenía un gran corazón.

Que hermosa que era ella. Pensaba Tails. Se lo había dicho antes sin pensarlo primero pero ahora sentía el deseo de decírselo cara a cara. Ante esa noche iluminada por la luna que hacía brillar la laguna y con esos chaos rodeándola se veía bellísima.

Cosmo pudo ver como Tails movía sus labios lentamente. Intentaba decirle algo pero no, ahora era su turno.

“Tails,” dijo Cosmo. “Eres un gran chico y desde el momento en el que nos hicimos amigos tuve la sensación de que eras alguien especial. No solo para tus amigos,” tragó un poco de saliva antes de continuar. “pero para mí más que nada.” Esas palabras hicieron que Tails se ruborizara. ¿Acaso ella? Pensó él. La simple idea hacía que su corazón quisiera saltar de su pecho.

“Este día ha sido maravilloso,” continuo ella. “y a pesar de que me sentí muy triste tú te mantuviste a mi lado y me reanimaste. Me has mostrado que puedes ser muy dulce y me alegro de eso porque…” sus mejillas empezaron arder terriblemente pero se decidió a dar un paso adelante. “Lo que trato de decir,” sus rostros estaban a escasos centímetros del otro. “es que…”

“¿Tails? ¿Cosmo?”

“¿CREAM?” dijeron al mismo tiempo.

Finalmente la pequeña niña había aparecido. Allí estaba ella con Cheesse. “¿Qué hacen aquí?”

Tails y Cosmo recayeron en lo cerca que estaban y se alejaron. Luego de tomarse un respiro Cosmo salto sobre Cream abrazándola con todas sus fuerzas.

Luego de la calma ambos tuvieron que explicarle que estuvieron todo el día buscándola. Allí fue cuando Cream se dio cuenta de algo importante.

“Oh no. Mi mama debe estar preocupada por mí.”

“Cálmate. Puedes explicarle que estabas aquí cuando volvamos.” Dijo Tails.

“¿Pero por qué viniste aquí, Cream?” preguntó Cosmo.

“Verán,” comenzó a contarles. “uno de estos días Cheese comenzó a demostrar cierto interés por este lugar y pensé que podíamos jugar aquí. Cuando llegamos él se separó de mí y se alejó volando. Pensé que se había asustado pero no, él sabía que habían otros chaos aquí.”

La isla estaba llena de pequeños chaos. Entonces Cream no se había perdido, había traído a Cheese a jugar con sus amigos.

“Cheese se sentía tan feliz aquí que le prometí que volveríamos. Lamentó haberlos preocupado.”

“No te preocupes, Cream.” Dijo Cosmo. “Ya es hora de volver a casa juntas.”

El camino de vuelta fue mucho más tranquilo. Vanilla no se molestó con su hija pero le pidió que por favor le dijera la próxima vez.

La noche comenzaba a ponerse oscura y Tails decidió marcharse.

“Espera” Cosmo lo siguió hasta la salida. “Tails, sobre lo de hoy” hizo una pausa.

“Está bien.” Dijo el chico zorro. “Cosmo, sé bien que tú…me aprecias tanto como yo a ti.” La pequeña se ruborizó al escucharlo decir eso. “Espero que nos veamos pronto.” Dijo ella.

“Yo también. Buenas noches.” Se despidió Tails y marchó de vuelta a casa.

Cosmo volvió adentro con una pequeña sonrisa que mantuvo hasta la hora de irse a dormir. Aún recostada en la cama se notaba la felicidad en su rostro mientras sus ojos se cerraban y su mente volvía a ese hermoso recuerdo de ella volando sobre el océano con ese tierno chico que había encendido una llama en su corazón. Antes de que pudiera dormirse alcanzó a susurrar tres últimas palabras.

“Buenas noches, Tails.”
Finalmente acabe con el noveno capitulo de esta saga. Lamento haber tardado tanto, no pretendo subir un capitulo por año pero siempre estan las cosas de la escuela y demas. Sin mencionar que hay otras cosas a las que quiero dedicarme.

Ya quería dedicar un capitulo a la pareja de Tails y Cosmo y puede decirles que los van a ver más juntos en los siguientes capítulos. Además de que ya estoy calculando tan solo unos capitulos más para que esto se termine ya que como dije el principio no quiero que sea una historia larga.

Gracias por leer

Próximo capítulo: 2 Shadows
© 2013 - 2024 Eze667
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karysuki's avatar
aaaaw :3 amor joven <3