Mientras no sepa para qué vine al mundo, seré mi mejor objetivo.
Podés dedicar tu vida a lo que no importa y rendir cuentas familiares y sociales; Podés pasarte veranos tratando de imitar tapas de Gente y publicidades de Quilmes; También podés elegir tener miedo, miedo a la muerte por ejemplo, miedo que la iglesia se encargará de aliviar con una mano y alimentar con la otra; No te olvides de leer el diario todos los días también, para estar más al tanto de las noticias de los demás que de las tuyas. Y de a poco, te vas a ir acostumbrando a que hay un gran sistema encargado de decirte qué colores se usan este verano y cuántos años de cárcel...