RON, mi perro, mi amigo

Hoy a la madrugada, falleció mi perro Ron.

Tenía nueve años y era mi mejor amigo.

A la mañana, cuando me levantaba, aparecían sus orejas
por la ventana de la cocina, para acompañarme en el
desayuno. Una vez que yo terminaba, él ligaba un poco
de leche y arrancaba su día. A la hora del almuerzo, siempre me acompañaba echado al lado mío, mientras yo cocinaba. Después de almorzar, cuando me pelaba manzana roja, siempre la compartía con él.
A la tarde, a la hora de la merienda, también acompañaba mi café
y después ligaba leche, también. A la noche, si yo cocinaba, estaba
él acompañando en la cocina, y después de cenar, compartíamos
manzana, de nuevo.

Todos los días lo veía desde la mañana hasta la noche. Cuando yo
salía de la casa, él se quedaba al lado del portón hasta que yo volviese.
Siempre me levantaba el ánimo cuando yo estaba mal, siempre nos cuidó
a toda la familia. Siempre de buen humor, buscaba alguna caricia o jugar
con alguno de nosotros. En invierno, cuando hacía frío, se echaba al lado
de mi tablero de dibujo, mientras yo trabajaba. En verano, en el suelo fresco
a la entrada de mi habitación. Cuando estaba afuera, se acomodaba abajo
de la ventana de la habitación en la que yo estuviese.

Acompañando desde cachorro hasta su último día, me enseño muchas cosas.Le debo mucho y siento que tal vez no le di todo el cariño y la atención que merecía. A pesar de tener algunos problemas de salud, fue el mejor perro que vi en toda mi vida.

Fue mi perro.

Lo quiero y lo extraño.

Gracias por todo, Ron.